miércoles, 19 de diciembre de 2007

Empresa chilena Cencosud compra el 100% de Wong


La “joya peruana” se vendió al sur
( hacer click sobre la imagen para ampliar )
Un chileno inmigrante alemán se asocia a un peruano inmigrante chino, sin duda son tiempos de globalización.

Humberto Campodónico.

La compra de Wong ha sido caracterizada así por el magnate chileno-alemán Horst Paulmann: "nos hemos casado con los Wong". Habría habido, entonces, una especie de "compra cruzada": Cencosud compra el 100% de Wong y, a la vez, Wong compra acciones de Cencosud.

Pero cuando se analizan las frías cifras, la realidad es otra. Cencosud compra el 100% de las acciones de Wong por US$ 500 millones, mientras que Wong compra US$ 200 millones en acciones de Cencosud. Como el capital total de Cencosud es de US$ 7,950 millones, la participación accionaria de Wong equivale solo al 2.52%.

En la Memoria 2006 de Cencosud (www.cencosud.cl) se establece claramente que "el controlador de los socios es don Horst Paulmann Kemna, quien posee el 65.16% de la propiedad, personalmente y a través de su cónyuge, parientes y las sociedades Inversiones Quinchamalí Ltda., Inversiones Latadía Ltda e Inversiones Tano Ltda., también controladas por él" (p. 14). Por tanto, más que haberse casado con Cencosud, se podría decir que Wong se ha convertido en su pequeña dama de compañía.

La compra de Wong agrava las asimetrías entre las inversiones de ambos países. Según el Comité de Inversiones Extranjeras, organismo oficial chileno, la inversión peruana en Chile en el período 1974-2006 apenas llega a US$ 23.4 millones, no habiéndose registrado inversión alguna en el 2004, el 2005 y el 2006 (www.foreigninvestment.cl) .

Mientras, la inversión chilena en el Perú, según la Cancillería de ese país, sumó US$ 5,500 millones de 1999 al I Semestre del 2007, más US$ 500 millones por la compra de Wong. En total, entonces, son US$ 6,000 millones chilenos en el Perú contra US$ 223 millones peruanos en Chile (los 23 millones anteriores más los 200 millones de Wong). Chile gana 27 a 1.

Lo que estas cifras revelan es una debilidad evidente del empresariado peruano, no solo en las inversiones en el exterior, sino en su propio terreno. Así, por ejemplo, Coca Cola compró Inca Kola, Bavaria compró Backus, las cadenas chilenas tienen buena parte de los servicios comerciales (Grupo Falabella y Grupo Ripley). También la minería, el petróleo y el gas están en manos de transnacionales (no sucede así en Chile, Brasil y Colombia donde las empresas estatales tiene participación empresarial directa), de la misma manera que los teléfonos y las AFP.

Tampoco tenemos línea aérea de bandera ni empresa naviera nacional. Incluso en negocios menores (como las cadenas de farmacias) o el recojo de basura (la brasileña Tralima), la empresa peruana brilla por su ausencia. Donde sí se ha logrado un desarrollo de relativa importancia es en el sector textil y agroindustrial (sectores que no pueden caracterizarse como de "avanzada tecnológica" en esta época de globalización).

Esto no es gratuito, sino que responde a la lógica neoliberal: el mercado interno importa poco (las dos rebajas arancelarias, sobre todo la última, perjudican seriamente a los empresarios nacionales) y se privilegia a la inversión extranjera que, supuestamente, tiene el encargo de propiciar nuestro crecimiento y desarrollo. Es allí donde calza la frase: el capital no tiene patria (siempre que no venga de la Venezuela de Chávez).

Están equivocados. Sí importa quién lidera, como lo saben bien los países industrializados que protegen sus industrias estratégicas y sus mercados nacionales. Lo niegan los neoliberales que ven todo como puros asuntos de "mercados" y supuesta "eficiencia". No se dan cuenta de que en la compra de Wong-Perú por Cencosud-Chile una línea invisible, pero bien real, se ha traspasado malhiriendo el orgullo nacional (bien o mal entendido, pero indispensable). Dice el refrán, "tanto va el cántaro a la fuente, que termina por romperse". ¿Será?

FUENTE : LA REPÚBLICA
VER :
RECOMENDADO :
HISTORIA DE WONG :

1 comentario:

Eddy Romero Meza dijo...

HAY CLASE EMPRESARIAL EN EL PERÚ ?

¿Qué habría sucedido si un grupo como el Romero o Brescia le daba soporte financiero a Wong para consolidar la posición del supermercado peruano frente a los chilenos? ¿Qué habría pasado si los mineros, que están ganando miles de millones por las sobreganancias, habrían apostado por apoyar financieramente a Wong? Si eso se hubiera hecho Wong no habría sido vendido, se habría consolidado como grupo peruano y los chilenos no habrían consolidado su hegemonía en las tiendas de autoservicios en el país.

Pero nada de eso sucedió. A los empresarios peruanos no les interesa, a diferencia de los chilenos, conformar bloques finaciero-empresariales que acometan juntos nuevos desafíos. Por eso es que los chilenos avanzan. Todo nuestro crecimiento económico de Trujillo y Chiclayo se lo están devorando los chilenos y es una gran mentira, repito, una gran mentira, asegurar que los productos peruanos van a salir al exterior vía empresas chilenas.

Los chilenos no desean nuestro desarrollo. No les interesa. Se aprovechan de nuestra debilidad y de la falta de nivel de nuestra clase política, para consolidar una posición de dominio económico en nuestro país.

En la actualidad lo que hay es un oligopolio en el sector retail, de mercados. Es un conjunto de empresas chilenas que se pueden poner de acuerdo para hacer lo que deseen con nuestro mercado. Saben que en el país la falta de interés nacional hace que sea fácil comprar opinión en los medios e inducir a través de los lobbies legislación en los políticos.
Es urgente que una nueva clase política surja y rescate a nuestro país de los intereses económicos chilenos.

Un ejemplo concreto. En la China un grupo económico de informática no tenía respaldo financiero para competir con Siemens, Motorola, Alcatel. ¿Acaso se lo vendieron? No, el estado chino pidió a los bancos chinos que los ayudaran, a tasas preferenciales. Por eso crece China, por el apoyo A SUS PROPIOS EMPRESARIOS.

http://juansheput.blogspot.com/