domingo, 17 de julio de 2011

Israel: Guerras de 1948, 1956 y 1967 como victorias militares inequívocas y fulminantes. La guerras de 1973, 1982, 2006 y 2008 como victorias militares discutibles.

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Israel y las fronteras de 1967

Por: Farid Kahhat (Internacionalista)

Según Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel, su país no puede volver a las fronteras que existían hasta 1967 (como exige el derecho internacional), porque esas fronteras serían “indefendibles”. ¿Qué tan cierto es ese argumento?

Un criterio para responder a esa pregunta sería contrastar el desempeño militar de Israel hasta 1967 con el que tuvo después de la guerra de ese año. Hasta 1967 Israel tuvo tres guerras, en 1948, 1956 y 1967: las tres fueron victorias militares inequívocas y fulminantes (en 1967 Israel capturó la península del Sinaí en 6 días). Después de 1967 Israel sostuvo guerras en 1973, 1982, 2006 y 2008, y ninguna de ellas califica como una victoria militar inequívoca, y mucho menos fulminante (su duración fluctuó entre tres semanas y tres meses).

Esa diferencia se explica por la expansión territorial de Israel durante la guerra de 1967. Dada su estrategia de guerra preventiva, la inteligencia militar era fundamental para identificar amenazas en formación, antes de que se materializaran. Con un territorio mucho mayor por vigilar, la probabilidad de fallas en la inteligencia militar se elevó significativamente: no en vano la siguiente guerra (1973), fue la primera en la que Israel fue atacado sorpresivamente por dos de sus vecinos (Egipto y Siria). Un territorio mucho mayor implicaba también la necesidad de tropas adicionales para ocuparlo y defenderlo, además de una mayor probabilidad de que, en el futuro, Israel se viese involucrado en una guerra de desgaste (amén de que suponía un frente de combate más grande, con lo cual su capacidad para coordinar el accionar de sus tropas sería menor).

Por último, recordemos la versión oficial israelí sobre la identidad de los actores que representan hoy las amenazas más probables para su seguridad: en un destacado primer lugar se encuentra Irán, seguido a distancia por Hamas y Hezbolá. Según la propia versión israelí, la amenaza iraní se resume en lo esencial en su programa nuclear. Y frente al peligro que supone un misil portando una bomba atómica lanzado desde más de mil kilómetros de distancia, el que la frontera se fije en Jerusalén o unos pocos kilómetros hacia el este de esa ciudad resulta absolutamente irrelevante.

En menor proporción, Irán es percibido como una amenaza por su relación con Hamas y Hezbolá. Pero esos son actores no estatales que no buscan amasar un ejército en las fronteras de Israel para iniciar un ataque convencional: la amenaza que representan es aquella propia de una guerra asimétrica y aquí, nuevamente, el lugar en el cual se fije la frontera no hace mayor diferencia desde una perspectiva militar. Sí hace una gran diferencia desde una perspectiva política, dado que la ocupación de territorios árabes por parte de Israel es lo que da origen al conflicto con esos actores: Hezbolá no existía antes de que Israel ocupara el sur del Líbano en 1982, como tampoco existía Hamas antes de que Israel ocupara los territorios palestinos en 1967.

Fuente: Diario El Comercio (Perú). Domingo 17 de Julio del 2011.

1 comentario:

D. dijo...

Qué gran error comete al omitir totalmente las razones legales por las que las líneas de 1967 no sirven de todos modos: Cisjordania era parte de Jordania. No era ningún país, así que no hay a quién devolvérsela. Eso, aparte de que no era una frontera real sino una simple línea de armisticio desde la guerra de 1948. Y efectivamente Israel se hizo muy vulnerable con los Altos del Golán y por eso los ocupa, y el Sinaí sí representó una carga territorial y por eso lo devolvió a Egipto.